El hombre bicentenario

Cuento de Isaac Asimov
Diario de Gerald Martin
Autor: Marc Vila, 3 ESO A

Miércoles, 28 de septiembre de 1990
¡Ya era hora! Al final ha llegado el paquete con el robot domestico de pruebas que me prometió Robots y Hombres mecánicos. Las niñas se han alegrado muchísimo en especial la pequeña, dado que deseaba a alguien con quien jugar, y desde ya hacia unos tres meses no paraba de insistir en que quería a un hermanito pequeño con el que poder divertirse, porque la mayor está entrando en esa edad de la adolescencia en que empiezas a creerte adulto i dejas de querer jugar a juegos para “niñatos” (así es como los llama ella).
Volviendo al tema principal… Cómo ha evolucionado la tecnología desde que yo era un crio que jugaba con una simple pelota de futbol, observando al robot he tenido el presentimiento de que seguramente causara un gran impacto en nuestras vidas, y una mejora. Me ha sorprendido su gran domino de verbal. Se a presentado de muy buenas maneras con un video introductorio sobre las leyes de la robótica que se a empeñado en enseñarnos, con la escusa de que es una presentación muy interesante y eficaz para causar una buena impresión (no ha estado nada mal).

Lunes, 2 de octubre de 1990
El robot se está adaptando a nuestra vida de una manera impresionante, además de llamarnos de una manera muy formal y educada, no nos llama por nuestro nombre sino que nos llama Señor, Señora, Señorita y Pequeña Señorita. A Maggie prefiere que la llame así y en muestra de agradecimiento (según ella) ha nombrado al robot con el nombre de Andrew. Esto no le ha gustado para nada a la mayor (básicamente porque cree que al ser una simple maquina no se le debe tratar bien), que le ha puesto en nombre de microondas andante. Sinceramente… No sé qué voy a hacer con esta hija mía…

Martes, 31 de noviembre de 1990
¡Madre Santísima! Aun no puedo creer lo que he visto con mis propios ojos. La mayor ha obligado a Andrew a tirarse por la ventana, aprovechándose de que al ser un robot su mayor “deseo” es complacer a los humanos. ¡Pfff! Es que estoy más cabreado… ¿qué he hecho para merecer esto?. Y lo mejor de todo es que al acabar de echarle el sermón ha pasado de mi como si no estuviera allí, ¡De mi! De la persona que la ha criado durante toda su vida y que le e dado todo lo que tenia para que fuera feliz. Estoy esperando ya a que acabe esta maldita fase que todos pasamos alguna vez, algunos en mayor o menor repercusión nombrada adolescencia. Sera mejor que me calme. Finalmente he llegado a la conclusión de que hoy a sido uno de los perores días de mi vida, porque lo que acabo de contar es solo una pequeña parte de lo que me ha pasado hoy, aparte estoy arto de la esquizofrénica de la vecina: se cree que Andrew la vigila y cada vez que lo ve solo en el patio le lanza latas y el con la orden de limpiar el jardín la ignora. Empiezo a creer que Andrew es un imán de las desgracias…

Sabado, 15 de Agosto de 2012
Hoy Andrew ha venido muy serio a mi despacho y después de estar un rato hablando…me ha dicho que quería que le vendiera su libertad por todos los ahorros que había conseguido. ¡Por amor de Dios! Como me puede pedir eso después de todo lo que he hecho por él, es que no entiendo como puede querer una cosa tan simple como la “libertad”. Según el la libertad es un derecho que todo el mundo se merece y que el querría experimentar la sensación de ser libre, según mi parecer la libertad es una maldita sensación por la que los humanos nos hemos peleados durante décadas y décadas, es decir la libertad es solo un motivo para discutir. Me disgusta la idea de perder a Andrew...

Jueves, 22 de septiembre de 2012
He estado recapacitando sobre el tema de la libertad de Andrew y se la voy a conceder… por mucho que me duela se la ha ganado y gracias a él tuvimos una vida más cómoda. Empiezo a creer que mi fin se está acercando cada vez más… no creo que llegué a ver el decimo cumpleaños de mi nieto. Pero ahora no es momento para pensar en esas cosas. ¡Por cierto! He conseguido que la esquizofrénica de la vecina dejara a Andrew después de más de dos décadas de lanzarle latas al pobre Andrew.